REINAS DEL DESIERTO

Antofagasta es un importante eje de desarrollo para Chile y esto se debe principalmente gracias al rubro de la minería, el cual ha generado no solo un crecimiento económico a nivel país, si no que también ha hecho que muchos extranjeros tengan expectativas positivas de ello y decidan migrar a Antofagasta en busca de un futuro mejor. Sin embargo el establecerse no es fácil, lo costoso de algunos servicios básicos y el arriendo de las viviendas, ha marcado demográfica y socialmente a toda la ciudad, generando brechas sociales importantes y diversas necesidades, como lo es el hecho de tener que ejercer al menos más de un trabajo para poder vivir. Bajo este contexto social, hay muchos chilenos y extranjeros para los cuales Antofagasta no solo ha sido una puerta a su desarrollo laboral, si no que también personal, pudiendo llevar a cabo su proceso de transición recibiendo tratamiento hormonal, cambio de nombre y reasignación de sexo por medio de una red de apoyo que proviene que diversas organizaciones. Por lo que ven en Antofagasta no sólo oportunidades, sino que también un apoyo importante en su propia identidad.

Sin embargo, independiente de la ayuda que prestan estas organizaciones, hay factores difíciles de controlar y que son la razón primordial por la que decidieron dejar su país de origen, ya sea por su propia identidad o por beneficios económicos. Por lo que es bajo este contexto que muchas mujeres han decidido buscar alternativas para salir adelante, aceptando y sometiéndose a otros tipos de labores, encontrando así un plus monetario en el comercio sexual, ofreciendo una amplia variedad de servicios con la discreción que el cliente busca en ellas, formando un vínculo de confianza que se establece por medio del deseo, y la satisfacción.

Sin embargo, bajo el trabajo sexual no solo se cubre la “necesidad masculina”, sino que también la necesidad tras la mujer que la ejerce, necesidad de mantenerse a ella y a su familia ya sea en Chile o en el extranjero, necesidad de comer, educar y pagar un arriendo, necesidades básicas que por el hecho de ser mujer no pueden cumplir por recibir un sueldo inferior o ya sea por el hecho de ser trans y no poder acceder a un puesto laboral por sufrir discriminación y que ven en el trabajo sexual una  oportunidad más lucrativa, un trabajo que no discrimina y que no se detiene, que posee una clientela permanente y por ende, un flujo de dinero constante. Sin embargo, también conlleva grandes estigmas sociales con los que deben convivir diariamente, partícipes cotidianas de la marginalización, humillaciones, riesgos e incluso la muerte.

Damas de compañía que ven reflejada su propia historia en la de Juanita Guajardo, mujer antofagastina, peluquera y vedett que fue brutalmente asesinada por un supuesto cliente, para luego ser humillada por la prensa nortina durante años, exponiendo imágenes de su cuerpo descuartizado como objeto de morbo, además de catalogarla como mujer de la noche, drogadicta y prostituta para argumentarlo como razón de vulnerabilidad ante un asesinato. Juanita fue humillada por la prensa, abandonadas por la justicia pero no olvidadas por el resto de la gente, que ante todo lo ocurrido formaron un culto devoto religioso ante su imagen, transformándola en santa y materializando su devoción en una animita en la que día a día es visitada y venerada por cumplir favores con quienes piden de su ayuda.

El objetivo es conocer la cruda realidad de las trabajadoras sexuales chilenas y extranjeras que deben exponerse a todo tipo de riesgos por una necesidad monetaria, viéndose en muchas ocasiones vulneradas y violentadas por su entorno. Son mujeres que trabajan en la calle o en habitaciones privadas, que cobran diferentes valores y que ofrecen diversos servicios, que bailan, cantan, escuchan a sus clientes y los satisfacen sexualmente. Es una realidad que ha marcado a muchas mujeres que incluso ya no ejercen este trabajo y que  pesar de los años, siguen relacionándose con sus colegas, formando una comunidad de ayuda y una amistad que va más allá de lo laboral, vínculos que son necesarios para el apoyo mutuo entre mujeres, ya que muchas han sufrido violencia, incluso siendo asesinadas como Juanita, sin embargo, es ella la que lleva esta santidad que cobija al resto de sus colegas y que han formado o que están por formar la misma historia que juanita guajardo.

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